Danza de los Diablos

Mi río grande querido, lugar de hermosas mujeres y hombres de orgullo sin igual,
Tu cálido clima hace de sus paisajes un paraíso terrenal,
De aromas, colores y sabores tus calles has de llenar
Porque el día de todos los santos con alegría debemos festejar.
 

Con el afán de rescatar nuestras tradiciones y costumbres riograndenses, los alumnos de tercer grado  de la esc. Sec. Gral “23 de marzo” de río grande, Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, Oaxaca, nos dimos a la tarea de organizar este gran festival de la “danza de los diablos”, que esperamos sea de su agrado.
La danza de los diablos, se baila en todo el litoral del pacífico, desde Cacalotepec (roca blanca) en la región costa del estado de Oaxaca, hasta la región de la costa chica del estado de guerrero.
La danza de los diablos en río grande, desde su adopción, formó parte importante en nuestra fiesta de todos los santos, solo que en la versión de “diablos rojos”.
 estos, tenían la fama de grotescos y rebeldes, que incluso, causaban temor frente la gente que presenciaba dicho espectáculo.
En sus inicios, la comunidad de río grande contaba con una extensión territorial muy pobre, por lo que nuestros “diablos rojos”, visitaban lo que en ese entonces eran las cuadrillas de: agua zarca, el venado, y Cacalotepec, situación que generó, que dicha danza se expandiera y fuera adoptada por estas comunidades.
Los diablos rojos, visten camisa y pantalón rojo, botas negras, paliacate rojo amarrado cubriendo la cabeza, una máscara roja con cuernos de chivo o venado, cejas, bigotes y barba abundante, elaboradas con clin de caballo.
El tenango, viste de forma extravagante,  resaltando, una máscara impresionante, chaparrera, botas,  espuelas y un látigo o cuarta.
La minga, usa un vestido en su mayoría de color rojo, zapatos, zapatillas o huaraches y máscara de mujer; un reboso o toalla, en el cual envuelve una muñeca que representa a su hija, además da forma a un cuerpo de mujer apoyado de esponjas o algún material similar, este personaje  debe ser adoptado por un hombre, para que pueda cumplir con el papel que le corresponde adecuadamente y lograr embonar en la originalidad de la danza.
Los diablos rojos, actúan, de forma que su danza sea vistosa, con actitudes morbosas y que a su vez causen alegría y diversión a los espectadores.
Así pues esperamos que se deleiten y disfruten la tradición de nuestro pueblo, de nuestra tierra, de nuestro río grande hermoso, y sin más preámbulo, los dejamos con la “danza de los diablos rojos”, ejecutada por los alumnos del tercer grado de la escuela secundaria general “23 de marzo”